No era una mañana cualquiera , me desperté mas tarde de lo normal, fui a la cocina, me prepare un café y seguidamente fui el baño. Ahí seguía, pálido, sin expresión de sufrimiento, parecía mas bien relajado , llevaba así desde ayer por la tarde , así que no le di importancia, y me termine el desayuno.
Me vestí y salí a la calle, como si no hubiera ocurrido nada. Hice mi rutina habitual, no cambie nada. Mas tarde estuve dando un paseo con Marta y luego fui a ver a Laura , me estaba contando algo pero era incapaz de prestarle atención, me dijo que me veía distraída a lo que le conteste que había dormido mal y siguió con su monologo, mientras yo seguía sumergida en mis pensamientos.
Era jueves, me tocaba peluquería, llegue a casa sobre las dos del mediodía. Al entrar me mire en el espejo del recibidor, no reconocía a la persona que me miraba, no sabia como podía estar tan tranquila después de lo que pasó, tampoco se notaban las 5000 pesetas de la peluquería , de todas formas hubiera dado igual que no fuera , no me esperaba nadie en casa.
Me quité el abrigo y me encendí un cigarro sentada en su butaca favorita, ya no podía chillarme ni levantarme de ella a golpes , debería haberme quitado los zapatos, pues tenia los pies hinchados y doloridos de tanto caminar , pero no tenia ganas, ni fuerzas para hacerlo. Mi mente divagaba por otros derroteros. me quede absorta mirando a la nada , atrapada en mi mente, ¿ debería llamar a la policía? , ¿debería esconderme? solo me surgían preguntas y mas preguntas. Era un bucle constante.
Seguí sentada hasta que anocheció , era el momento de hacer algo, volví al baño y le mire fijamente , al verle , me di cuenta de lo que había hecho.
Anoche cuando llego de trabajar , me parecio el hombre mas elegante del mundo con su traje negro, su camisa blanca y sus zapatos brillantes , me quede ensimismada mirandole sentada en su butaca, no me dio tiempo a reaccionar, me levanto tirándome del brazo y a chillos me llevo a la cocina, no le gusto la cena que tenia preparada, ni como iba peinada, ni siquiera como estaba vestida para él. Me exigió que hiciera otra cena y después de una tediosa discusión, en la que me explicaba que el acababa de trabajar que tenia que descansar, que tenia que tener la cena en la mesa, pero algo que le gustase, estar bien peinada y arreglada , y que era una deshonra como mujer y como persona.
Se fue a la ducha; mientras tanto, encendí el fuego de la cocina para preparar unas pechugas a la plancha con ensalada cesar, su comida favorita, cuando de repente oí como me volvía a chillar por no haber colocado las toallas limpias como a el le gustaba, No podía mas, estaba agotada, en un ataque de ira agarre la sartén del fuego y me dirigí al baño, donde ya cansada de sus chillos le di un golpe en la cabeza el cual hizo que se desplomara inmediatamente cayendo al suelo, no había sangre , no respiraba , pero yo en cambio estaba tranquila , ya no oía los irritantes gritos que solía aguantar día tras día, solo había silencio, roto por el agua al seguir su camino. Cerré el grifo y volví a la cocina , termine de hacer la cena , puse la mesa para dos, serví los platos, y me dispuse a cenar, una vez termine recogí la mesa, y me fui al dormitorio donde nada mas tumbarme mis parpados ya cansados me hicieron caer en un sueño profundo, no tuve pesadillas. ni remordimientos.
Ya habían pasado casi 24 horas, debía tomar una decisión, pero no era capaz. Me despertaron de mi ensoñación unos golpes en la puerta, cuando abrí los ojos me di cuenta que estaba en la cama, y que olía a café.
Era mi marido, que me había preparado el desayuno antes de irse a trabajar, me levante y le di un beso, le vi tan guapo, me sentí afortunada pues aun recordaba mi sueño lucidamente, y pensé que lo que para mi solo eran pesadillas para otras mujeres era su día a día. Tenían que despertar.